18 junio 2009

Mirador Político: ◗ El PAN, las universidades y el garrote

VÍCTOR ARDURA
◗ El PAN, las universidades y el garrote

El galardón a la UNAM, el muy prestigiado Príncipe de Asturias, es en varios sentidos la confirmación de una excelencia académica que algunos zafios han querido negar y hasta limitar. Es un contexto que debería ser alentador para estimular al gobierno panista a no declarar la guerra, sino a propiciar una paz productiva para la educación superior. Pero no, se camina por una seda previsiblemente contraria, y en el presupuesto ya se contemplan recortes a la Universidad de Chapingo y al Colegio de Posgraduados.
Muchos rectores temen que la promesa de Alfonso Lujambio, en el sentido de blindar a las universidades y colegios de este nivel, se quedará tan sólo en eso, votos, juramentos faltos de sentido. En la práctica, el comunicado en donde se pide a los rectores “aplicar de manera voluntaria medidas de racionalización del gasto y contribuir al ahorro que está realizando el sector educativo”, no es más que el amago amable escondiendo el garrote. La supervivencia de una actitud: desmantelar al sistema público de enseñanza superior.
En octubre del 2008, cuando la tormenta financiera de hoy apenas se presentaba con abigarrados pero amenazantes nubarrones, se llevó a cabo la celebración del segundo Foro Parlamentario Educación Media Superior, Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.
En ese contexto, el Rector de la UNAM, José Narro Robles, envió un mensaje a los poderes Ejecutivo y Legislativo: si en el país hay recursos para rescatar muchas cosas, al presupuesto de 2009 para la educación media y superior se le puede dedicar sólo una pequeña fracción de las reservas de divisas subastadas.
Precisó después en una entrevista: “si hay recursos para rescatar la banca, los hay también para rescatar la justicia social de este país y esto tiene que ver con la educación superior, con la ciencia y la cultura”.
No se equivocó Narro Robles. Pasaron unos meses y las autoridades hacendarias hincaron el diente en el presupuesto de las dos instituciones educativas. ¿Seguirán otras? Y a manera de correveidile, el secretario de Educación advierte sobre la pertinencia de poner barbas a remojar, según se advierte en este persuasivo párrafo: “cuidemos la educación superior de México para que no sufra con este recorte que se está anunciando”.
2.-En la visión poco humanista del panismo gobernante, la universidad pública es una amenaza. Cuando fue rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, tuvo que acudir a la Cámara de Diputados para defender los dineros de esa casa de estudios. Legisladores de Acción Nacional habían impulsado un recorte al presupuesto de la benemérita institución, (900 millones de pesos). Nada dibuja mejor el desprecio del PAN, de los panistas, que lo dicho en ese año, 2006, por el diputado Raúl Padilla Orozco: “cierren la UNAM, semillero de comunistas revoltosos”.
Ramón de la Fuente alegó: “¿qué ha pasado con los pobres? Que han podido avanzar muy poco en sus niveles de escolaridad; no puedo entender un sistema educativo eficiente si no tiene como objeto fundamental el ir acortando las desigualdades. Lo que nos ha ocurrido en México, para ponerlo en términos claros, es que la gente de recursos, los ricos, han avanzado en su educación. Qué bueno, tienen ahora un nivel de escolaridad mayor, pero los pobres no han avanzado o lo han hecho a un ritmo menor, (nota de José Galán, La Jornada Nacional. Viernes 15 de diciembre del 2006)”.
3.-Contrasta vivamente el intento de recortar el gasto de las universidades, pero dejar intactos los costos de nuestra democracia electoral. En su columna de hoy Carlos Fernández-Vega, (México SA. La Jornada), nos recuerda lo que los mexicanos hemos gastado en el sostén del sistema de partidos. Cito textualmente: En los últimos nueve años partidos y organismos electorales se han engullido la friolera de 123 mil millones de pesos. De los organismos electorales, el de mayor alcance ha sido el IFE, el cual ha consumido (2000-2009) casi 82 mil millones de pesos…El que mayor “financiamiento” (como se llama al dinero entregado por la ciudadanía) obtuvo en ese lapso fue el Partido Acción Nacional: poco más de 8 mil millones de pesos; le siguen en cuanto a monto de recursos el Partido Revolucionario Institucional, con 7 mil 931.63 millones; el Partido de la Revolución Democrática, con 4 mil 708.87; el Partido del Trabajo, con 2 mil 76.64; el Partido Verde Ecologista de México, con 2 mil 476.16; Convergencia, con mil 795.41; el Partido Nueva Alianza, con 736.11, y Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesino (que a estas alturas ya no es campesino ni alternativo), con 565.39. Una fortuna invertida para que ahora recomienden votar “por el menos malo”.
4.-El estado panista se pone roñoso con las universidades, y pródigo con la clase política. Pero hay un abismo entre unos y otros en prendas morales, intelectuales y profesionales. Por las aulas de la UNAM, por citar un ejemplo, han pasado Alfonso García Robles, Mario José Molina Henríquez, Octavio Paz Lozano, José López Portillo, Emilio Rosenblueth, Pablo Rudomín Zevnovaty, Marcos Moshinsky, Francisco Bolívar Zapata, Ricardo Miledi, Juan Rulfo y Carlos Fuentes. Los tres primeros obtuvieron el premio Nobel. Los ocho restantes el Príncipe de Asturias.
Me gustaría que alguien me recordara un solo político o pensador (sic) panista que haya llegado a esas alturas…
http://michoacanenresistencia.blogspot.com/

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