25 junio 2012

Crónica de una jornada "100% AMLO" con López Obrador en México

El candidato a la presidencia mexicana Andrés Manuel López Obrador visitó las ciudades de Tepic y Guadalajara antes de la veda electoral. Acusó la compra de votos por parte del PRI y repitió un discurso plagado de críticas a Peña Nieto.

Crédito foto: Infobae América

"La reacción" se abre paso por la ruta 15. La camioneta Chevrolet Suburban color plateado tiene prisa. En dos horas y media, el candidato por la izquierda para la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, debe llegar desde el aeropuerto de Guadalajara a la ciudad de Tepic, en el estado de Nayarit. "La reacción" fue bautizada así por su equipo de campaña porque cumple: llega a horario, corta camino, responde ante cualquier tipo de eventualidad. Es la camioneta que lleva a Obrador donde lo necesite, que lo espera donde vaya.

En el centro de Tepic amenaza la lluvia. Por su tamaño, la catedral quiere imponerse en el paisaje mas no lo logra. Las banderas de Movimiento Ciudadano y del Partido Trabajador invaden el paisaje de naranja y amarillo. Se asoman primero tímidas luego enérgicas, mientras el candidato tarda en aparecer.

Las voces son las que perduran. Una y otra vez, el canto "Es un honor estar con Obrador" se mezcla con "¡Presidente, Presidente!" El tabasqueño camina entre gritos y saludos por una larga fila rodeado de personas, camino al escenario donde cerrará su campaña en Nayarit. "Saca a ese pinche con anteojos negros, que parece de Peña Nieto", dice un efectivo de seguridad, frenético. A plena luz del mediodía, el nerviosismo es señal de que López Obrador avanza hacia su discurso.

A metros del escenario, saca un peine de su bolsillo y se arregla el pelo. Un pañuelo bordó se hace cargo de las gotas de transpiración que corren por las mejillas del candidato. La lluvia no dejó de ser una amenaza, el sol tarda en aparecer, pero es la humedad la que marca el día.

En poco tiempo, las palabras de apoyo a la juventud mexicana se roban el protagonismo. "Hace 45 días que pensaban que los jóvenes estaban dormidos, que eran apáticos, que no les interesaba la realidad. Miren el ejemplo que están dando. Fueron el despertador de la conciencia, fueron a sacudir a mucha gente que estaba dormida", asegura el candidato presidencial.

El guiño al Movimiento ciudadano #Yosoy132 es un pasaje corto hacia el verdadero camino que toma el discurso de López Obrador. Desde que comenzó a hablar, un pequeño papel en forma rectangular se asoma por su mano izquierda. Podría ser una ayuda memoria, una guía de lo que tiene que decir antes las miles de personas reunidas en el centro de Tepic.

Pero no. Las acusaciones de compra de votos al Partido Revolucionario Institucional (PRI), con la figura de Enrique Peña Nieto como candidato a la presidencia, se personifican en ese pedazo de papel. "Un vecino se acercó y me lo entregó", dice Obrador. Y muestra la copia de un cheque por 5.000 pesos mexicanos que supuestamente le fue entregado a un ciudadano por el partido opositor a cambio del voto del próximo 1 de julio. "El vecino prefirió no dar su nombre", aclara el candidato, mientras avanza con nuevos frentes.

Las referencias hacia su principal candidato opositor no tardan en precipitarse. "Peña Nieto no habla de combatir la corrupción porque se mordería la lengua". "Está hablando, o tramando pues, de aumentar el IVA al 22%". "Quieren vender PEMEX, pero no es del gobierno, es de la Nación...además no van a ganar la presidencia".

Debajo del escenario, José Ramón López Beltrán es un rockstar. A simple vista no se delata como hijo del candidato presidencial, pero los surcos que se forman alrededor de sus ojos cuando sonríe terminan evidenciándolo. Parece no importarle. Acompaña a su padre en cada paso de su campaña y sonriente, acepta las aclamaciones del público.

"¡Viva México! ¡Viva México" y el himno nacional cierran la jornada en Tepic. En pocos minutos, López Obrador se despide de quien ahora es su público, se monta en "la reacción" y vuelve a tomar la ruta 15 con destino a Guadalajara. El tiempo corre y hay que desandar el asfalto para llegar a otro discurso en el vecino estado de Jalisco, en la ciudad de Guadalajara.

Del cheque a las tarjetas

Sarai Pérez Avila muestra con orgullo dos objetos: una remera con el lema estudiantil #yosoy132 y su carnet de la Universidad de Guadalajara, donde estudia ingeniería industrial. Llegó bien temprano a la plaza Juárez, en la capital de Jalisco, para ver a López Obrador "bien de cerca". Lo logró: las vallas son un tendedero para su camiseta blanca, roja y negra.

"Tengo 32 años y me metí a estudiar motivada por López Obrador. Hace sólo cinco años sólo tenía la secundaria", cuenta Sarai, para quien Jalisco no es un estado de izquierda, pero "el partido sigue avanzando" desde 2006. Tiene esperanzas de que este año será el de la victoria para su candidato.

Si no fuera por las banderas políticas, los gorros y las consignas, el mitin político sería recital. Esta vez ante más de 20.000 personas, los candidatos nuevamente se hacen desear. La banda "Pelillos" intenta mitigar la espera. La música no es todo para ellos, pues también piden a la gente que no se olvide de votar.

Juan Manuel Luis Hernández baila ante la música de los "Pelillos". Este hombre de 52 años trabaja en la aduana del aeropuerto de Guadalajara y ya decidió su voto para el 1 de julio. Apuesta por Enrique Alfaro para la gobernación del estado de Jalisco y a López Obrador para las presidenciales. Como él dice, "100% AMLO".

Al igual que Sarai, Juan Manuel está pegado a las vallas para ver a los candidatos de cerca, quienes aparecen en escena a las seis y media de la tarde. Y tanto Sarai como Juan Manuel escucharán lo mismo que sus seguidores en la ciudad de Tepic. Que Peña Nieto busca subir el IVA y vender la petrolera PEMEX. Que Peña Nieto no habla de corrupción porque "se mordería su propia lengua". Ahora de camisa blanca, López Obrador sigue la línea discursiva de cinco horas antes.

Las palabras de un acto se reflejan en el otro. Esta vez, la acusación que hace sobre la compra de votos del PRI no es por medio de un cheque, sino de una serie de tarjetas con dinero o servicios cargados. Una mujer de su equipo le entrega un gran fajo de estas tarjetas. Al igual que el cheque del vecino de Tepic, López Obrador lo toma, lo levanta y lo expone al público como un trofeo.

"Esto no es lo que quiere el pueblo. Lo que quiere el pueblo es justicia, no migajas. Ya el pueblo no está para limosnas", grita, agitando una de las tarjetas. "¡Justicia, justicia, justicia!", responde el público. "¡Que la rompa, que la rompa, que la rompa"!, piden los seguidores, en referencia a esa misma tarjeta.

El discurso se torna más duro hacia el final, cuando comienzan las promesas de campaña. Más educación, más empleo y un amplio acceso a Internet se posicionan en la agenda. "Teniendo Internet en todo el país no hace falta ver Televisa, que idiotiza", dispara.

Una vez más en el día, la frase "¡Viva México!" se escucha con fuerza desde el escenario. El público le responde y la repite casi sin cesar. Como en Tepic, el himno nacional invade el ambiente. "Mexicanos, al grito de Guerra El acero, aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra. Al sonoro rugir del cañón...". La "reacción" enciende sus motores. Ya es tiempo de partir.

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