10 enero 2013

¿Qué pasa?¿Porqué no actúas?

 

A finales de 1955, tras acabar un día de trabajo, Rosa Parks, una costurera negra de Montgomery -uno de los lugares más racistas del Sur de los Estados Unidos- tomó el autobús como todas las tardes. El vehículo se llenó enseguida y el conductor ordenó a Rosa y a tres hombres negros que cedieran sus asientos a los blancos. Los tres obedecieron, no así Rosa, quien permaneció sentada, presa del cansancio y posiblemente harta de la situación. Eso generó que la sacaran por la fuerza y la arrestaran. Finalmente fue juzgada y multada con 14 dólares, por no haber acatado las normas específicas del momento.

El incidente encendió la chispa: Martin Luther King , pastor de la Iglesia Baptista, (Premio Nobel de la Paz en 1964) dirigió una medida de protesta, a través de la cual , ningún negro tomaría un autobús para desplazarse a sus trabajos, hasta que no consiguieran los mismos derechos que los blancos.

Ejemplar la actitud de Luther King, quien no consideraba a la violencia como herramienta idónea para obtener justicia; pero tampoco veía correcto que el pueblo y especialmente el cristiano, se muestre impávido ante los excesos con los que unos hombres se aprovechaban de otros.

Queridos amigos: la criminalización del aborto, la trata de blancas, el narcotráfico, el racismo, la xenofobia, el comercio ilícito de órganos, y toda forma moderna de esclavitud, son flagelos de la humanidad que siguen extendiendo sus raíces por todo el mundo. No sería correcto que ante tales atropellos, el pueblo abulico, se conforme con encerrarse en sus cuatro paredes, como un ermitaño, “golpeándose el pecho”, ajeno a lo que ocurre afuera, y teniendo en sus manos la solución para la justicia, que bien sabemos está en contra de todo lo que es malo, incorrecto, pecaminoso.

Alguien dirá que los buenos hemos sido llamados a ser pacíficos… ¡Correcto!… pero ¿qué pasaría si usted o yo somos testigos de alguna forma de abuso o injusticia en la calle, en el autobús, en la plaza, la oficina, etc.?… ¿miraríamos para otro lado, haciéndonos los desentendidos?… ¿o en nombre de la justicia intentaríamos ser árbitros, para aminorar o terminar el conflicto? … ¿Cuál de las dos actitudes nos haría sentir mejor ?

Diciéndolo de una manera humorística, el señor nos mandó a ser mansos, pero no “mensos”. Diciéndolo formalmente, No somos generadores de violencia, pero sí deberíamos ser luz y verrdad , la única que realmente nos dará libertad total.

"La verdad nos hará libres"

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