Reforma energética, ¿golpea el poder del sindicato de Pemex?
Nota publicada originalmente por adnpolitico.com
La reforma energética acota el poder
del sindicato de Petróleos Mexicanos (Pemex), al sacarlo del Consejo de
Administración de la empresa, al tiempo que pone en riesgo los derechos
laborales de los trabajadores del gremio.
Analistas dijeron a
ADNPolítico.com que la modificación constitucional, aprobada por el
Legislativo y recientemente promulgada por el Ejecutivo, reduce
influencia al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República
Mexicana (STPRM) en las decisiones centrales, como a quiénes asignar
contratos o licitaciones, recomendar proveedores o ser intermediario
para la prestación de servicios.
Ulises Corona, investigador del
Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM),
sostuvo que la reforma energética implica para la cúpula sindical
encabezada por Carlos Romero Deschamps el inicio del camino para perder su influencia en las decisiones de Pemex como empresa.
"Al
no estar sentado en la mesa donde se toman las decisiones más
importantes de la empresa, por supuesto que el sindicato pierde
influencia en la forma como se maneje Pemex.
"Pero no perdamos de
vista algo: que el sindicato salga de esa cúpula de Pemex no quiere
decir que desaparecerá su influencia de la noche a la mañana. Pemex
seguramente seguirá conservando algunos privilegios para que los
petroleros continúen trabajando de forma pacífica y alineada con el
gobierno", consideró el académico del Tec.
Alfonso Bouzas,
investigador de la UNAM, destacó que con el nuevo esquema para Pemex,
ésta quedará como otra empresa más en el mercado y no será más la
rectora del petróleo en México.
"Es una buena noticia tanto para
los trabajadores como para el país saber que la cúpula sindical ya no va
a tener tantos privilegios, pero debemos ser críticos y pensar en qué
habrán intercambiado para tener un acuerdo como el que firmaron para
reducir su planta laboral si siempre cambian ese tipo de cosas por
prebendas para unos cuantos.
"En el fondo, es previsible que los
trabajadores de a pie vayan perdiendo sus prestaciones conforme el
sindicato vaya perdiendo su poder, pero es una buena oportunidad para
que los propios petroleros retomen el control de su sindicato", expuso
en entrevista el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas.
Para
Bouzas, tanto el sindicato petrolero como Pemex tienen frente a sí el
reto de hacer una reingeniería a fondo de su plantilla laboral y su
forma de pactar las prestaciones de los trabajadores.
El experto
aseveró que es necesario que se aumente la productividad sin sangrar a
la empresa para que no se pierdan las conquistas laborales de los
petroleros.
Al pasar de empresa paraestatal a empresa productiva
del Estado -consideración contemplada en la reforma energética-, Pemex
contará con su propia planta de trabajadores que estarán afiliados al
STPRM; pero las empresas privadas que entren a invertir al sector no
tendrán la obligación de contratarlos, porque el gremio no es el
sindicato de la industria petrolera del país.
El gremio es dirigido por Carlos Romero Deschamps, actual senador del PRI, uno de los líderes sindicales más cuestionados por escándalos en su estilo de vida y el de su familia.
El STPRM es uno de los sindicatos con más privilegios en el país. En julio pasado, logró la firma del contrato colectivo de trabajo 2013-2015 en el que se les otorga prestaciones como la realización de cirugías plásticas sin costo o recursos millonarios al mes para que los dirigentes puedan realizar su trabajo al frente del gremio.
Sin
embargo, al mismo tiempo, el sindicato y la empresa firmaron el
Convenio Administrativo 1717-2013, en el que se establece que se hará
una reevaluación de la plantilla laboral de Pemex y comenzará un
programa de retiro voluntario para bajar la plantilla.
Al 2012,
Pemex contaba con más de 160,000 empleados, de los cuales 81% es
sindicalizado y el resto está contratado por honorarios, según datos de
la propia paraestatal.
¿NUEVO ESQUEMA DE PENSIONES?
Alfonso Bouzas,
investigador de la UNAM, sostuvo que, aunque las pensiones parecieran
onerosas conquistas laborales, es probable que poco a poco el esquema se
vaya cambiando conforme aumente la llegada de capital extranjero.
"Es
lógico pensar que los trabajadores de las nuevas empresas petroleras
que lleguen a México no tendrán ese nivel de prestaciones porque no van a
estar obligados a contratar a los trabajadores del sindicato petrolero
que ya tienen un contrato colectivo, y la profesión petrolera en general
se va a devaluar, ahí es donde deben poner atención los nuevos
trabajadores para que no terminen con sus derechos", expresó.
El académico recordó que el presidente Lázaro Cárdenas del Río llevó a cabo la expropiación petrolera por
la negativa que tuvieron las empresas extranjeras para respetar los
derechos laborales del sindicato, por lo que el mandatario argumentó que
no cumplían con las leyes nacionales y debían salir del país.
"Muy diferente de lo que ocurre ahora, en que el sindicato es sinónimo de corrupción", sentenció.
El investigador manifestó su preocupación de que con la reforma laboral,
aprobada a finales de 2012, se tenga una ley en materia de trabajo más
laxa que ocasione que de nueva cuenta, como en los años 30, las empresas
extranjeras no den el pago y las prestaciones suficientes a los
empleados del sector energético, clave para la economía del país.
Pemex cuenta con más de 76,000 empleados retirados, para quienes destinó -sólo en 2013- más de 38,119 millones de pesos.
Según el estudio 3 Dilemas, un diagnóstico para el futuro energético de México, del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), el pasivo laboral representa para Pemex el 64% de sus activos.
El
régimen de jubilaciones del contrato colectivo de trabajo del STPRM con
Pemex estipula que un trabajador con 25 años de servicio y al menos 55
años de edad recibirá un 80% de su sueldo como pensión. Conforme
aumenten los años de servicio, aumenta en un 4% el porcentaje de su
sueldo que conforma la pensión (hasta llegar al 100%).
El
Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) considera que el
régimen de las pensiones de Pemex es muy caro, por lo que es necesario
cambiarlo.
"El monto de la pensión de las personas que se jubilan
es igual al del último salario y se incrementa igual que los salarios en
activo. Los trabajadores no hacen aportaciones y por lo tanto la
empresa está obligada a enfrentar en su totalidad ese costo", describió
el IMCO en su reporte Nos cambiaron el mapa: México ante la revolución energética del siglo XXI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario