Encuentran polen de soya transgénico en miel de abeja mexicana. Muestras de miel de abeja mexicana que fueron analizadas en Alemania,
contienen polen de soya genéticamente modificado o transgénico, lo cual
se convierte en la evidencia científica más sólida de que algunas abejas
que colectan polen en el sureste del país sí tienen contacto con
vegetales que en el país germano están prohibidos para el consumo humano debido a una moratoria.
El estudio fue encargado por investigadores de cuatro instituciones de
México y Estados Unidos: el Instituto Smithsonian de Investigaciones
Tropicales, El Colegio de la Frontera Sur, la Universidad Autónoma de
Yucatán y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas
y Pecuarias (INIFAP), quienes enviaron nueve muestras de miel que
fueron rechazadas para su venta en Alemania, al laboratorio de Intertek
en Bremen.
Los análisis que se realizaron buscaban rastros de
polen en la miel comercializada. De un conjunto de nueve muestras
estudiadas, dos dieron positivo para polen de plantas genéticamente
modificadas. Los resultados del estudio se publicaron, en línea este 7
de febrero de 2014 en la revista Scientific Report.
México es
el cuarto productor de miel y el quinto mayor exportador de ese producto
en el mundo. La presencia de rastros de organismos genéticamente
modificados en la miel procedente de México amenaza a una cadena de
producción de la que dependen más de 25 mil familias de los estados de
Yucatán, Chiapas y Campeche. El impacto negativo para los apicultores se
debe a que el 80 por ciento de la miel mexicana que se exporta va a la
Unión Europea, pero esa zona comercial prohíbe la importación de
alimentos con rastros de transgénicos.
David Roubik,
científico líder en el Instituto Smithsonian de Investigaciones
Tropicales y junto con su equipo desarrolló la capacidad de identificar
granos de polen en miel en Panamá y México con procesos que comenzaron a
probar durante la década de 1980 y 1990 cuando estudiaron los efectos
de la llegada de las abejas africanizadas en las abejas nativas.
“Nadie más puede hacer este tipo de trabajo a este nivel de profundidad
y estar seguro de que lo que están viendo son los granos de polen de
soya”, dijo Roubik. Encontraron que seis muestras de miel de nueve
colmenas originarias de Campeche contenían polen soya, aunque no todas
tenían soya transgénica. La misma miel contenía polen de muchas especies
de plantas silvestres. El polen proviene de pequeños cultivos cerca de
las colonias de abejas en varios apiarios pequeños.
“Las
colonias de la abeja actúan como indicadores ambientales extremadamente
sensibles. Las abejas de una sola colonia pueden reunir recursos de
néctar y polen de flores en un área de 200 kilómetros cuadrados. Con una
economía basada en la agricultura de subsistencia asociada con la
producción de miel, las implicaciones sociales de este nuevo análisis
pueden generar grandes discusiones pues tiene implicaciones profundas
para la apicultura en general”, indicó el investigador del Instituto
Smithsoniano, que cuenta con laboratorios propios en Estados Unidos y
Panamá.
En junio de 2012 el Centro Mexicano de Derecho
Ambiental (CEMDA), presentó un informe con datos de la UNAM y El Colegio
de la Frontera Sur en el que afirmó que al menos 25 mil unidades de
producción de miel de abeja mexicana en el estado de Chiapas y la
Península de Yucatán podrían ser afectadas negativamente por la
autorización del gobierno federal para sembrar 253 mil hectáreas de soya
genéticamente modificada o transgénica en Campeche, Quintana Roo,
Yucatán, Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz y Chiapas.
Fuente: Crónica
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